Entre su piedras se escucha pasar el viento bajo la luz de la luna se para tiempo para siempre entre los recuerdos que nunca vamos a olvidar
.
lunes, 3 de diciembre de 2007
Viajar es vivir intensamente es conocer el corazón de las gentes viajar es compartirlo todo el camino, la cama el pan y el vino... Viajar es amar, y ser mejor persona.
Todo es tan distinto por la noche, es ese otro mundo que se esconde del sol el que se nos muestra, cuando caminamos por una ciudad al abrigo de la luz de la luna accedemos mejor a sus secretos más profundos.
Camino de Murcia a Almería, una vez pasado el pueblo de Águilas y justo en el límite de las dos provincias se encuentran un grupo de pequeñas playas entre las que destacan en terreno de Murcia la Cala Reona, y ya en tierras almerienses están Cala Cerrada (en la foto) y Cala Taray en la Playa de las Palmeras; merece la pena parar para darse un baño en sus aguas cálidas y disfrutar de la luz y el sol. En Cala Cerrada y Cala Taray aún quedan algunas cuevas en las que vivían durante las temporadas de verano los pescadores y sus familias, como en esta de la imagen, que aprovecha la formación de la rocas para crear una imagen de fantasía.
Una parada fugaz en Hortezuela, un pequeño pueblo de Soria situado en la carretera CL 116 que une el Burgo de Osma y Almazán y que recorremos a menudo cuando viajamos desde Pucela a Zaragoza.
la ermita y el cementerio; la soledad matrimoniada con el abandono cobra su máxima expresión en el pequeño Camposanto de este pequeño pueblo.
Una gasolinera y un pequeño aserradero mantienen con vida este pequeño pueblo.
Rutas muy interesantes que recorrer, en esta foto el cartel de la ruta SLC. SO 35, transcurre por bosques que guardan en ellos aún la magia de la naturaleza prístina y muchos secretos; caminando por estas sendas se barrunta mucha vida: tenemos impresas en nuestras retinas imágenes casi mágicas, hemos sido testigos por ejemplo, del paso fugaz de un ciervo macho enarbolando el todo orgulloso una enorme cornamenta, verle muy pausado dirigirnos una mirada indiferente para luego desaparecer de un salto adentrándose en la frondosidad del bosque.
No conocemos más límite que nuestra imaginación atravesamos todas las puertas cruzamos todos los ríos escalamos todas las montañas navegamos por todos los mares viajamos a las estrellas cabalgamos a lomos de dragón... no tenemos más límite que la imaginación.
Es toda mi vida
un gran viaje continuo:
Por lejanos y exóticos países
por países que están llenos de ríos
por largos ríos que se funden en la mar
por mares que se pierden en el horizonte
hacia el horizonte que sostiene la noche
la noche tras la ventana de mi habitación
por mi habitación tan llena de libros
en mis libros llenos de palabras
por palabras llenas de amor
en el amor
y por
amor
mi vida es por siempre
un viaje continuo
que no tiene
principio
ni fin.