Estamos en pleno ramadán y durante el día no se puede comer, beber, fumar, etc. absolutamente nada hasta que se pone el sol. En la calle se vende comida y al llegar la noche la familias preparan las comidas.
Las calles muchas veces atestadas de gentes y vehículos son intransitables para la mentalidad de un occidental.
Prácticamente se vende de todo. Al viajero cuando se mueve entre las bulliciosas calles atestadas de gentes le parece que está en otra época, es como retroceder en el tiempo.
Y mucha gente pidiendo, no hay seguridad social, no hay ayudas, solo la limosna de los viandantes.
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