La noche en China está coloreada por miles y miles de asfixiantes y plasticosas luces de neón y por gigantescas pantallas de Tv. que me traen a la memoria algunas escenas de la película Blade Runner y que en todo momento muestran a los chinos el camino de la felicidad: tener dinero... y gastarlo, por supuesto.
Viendo tanto esfuerzo en ser feliz a través de la cuenta bancaria me recuerda aquello que decía Woody Allen: Puede que el dinero no de la felicidad... ¡Pero el placer que proporciona se parece tanto!
O aquello que me recordaba siempre que hablábamos sobre estos temas mi viejo amigo Alfredo, que solía zanjar la cuestión diciendo: Que si, que hay cosas más importantes que el dinero, que eso lo sabía todo el mundo... ¡Pero son tan caras!
No hay comentarios:
Publicar un comentario