Viajar es irse, fugarse, moverse siempre hacia adelante y de vez en cuando regresar para de nuevo volver a partir

domingo, 31 de octubre de 2010

El dentista de Peshawar


Caminamos despacio por las calles de Peshawar, el sol es inclemente, hace cerca de 40º C, la contaminación debida a los humos azules que expulsan los motores de dos tiempos de los motocarros ayuda a que el aire se vuelva tan cargado y denso que a veces nos parece irrespirable, mas no importa, la experiencia es única.






De repente a Pablo, uno de los compañeros de este viaje, le llama mucho la atención sobre el cartel de un dentista que hay en medio de la calle y me dice que porqué no le saco una foto, me acerco y puedo ver que es similar a los que he visto en Rawalpindi y otras ciudades, saco la cámara y disparo. Desde el interior se da cuenta de nuestra presencia el dentista y sale fuera y me invita a visitar su clínica.





Tiene un paciente al que le está reparando una muela y que al verme se muestra al menos tan curioso sobre mi presencia como yo sobre la suya en la camilla del matasanos.



Me pide que le saque una foto, se siente orgulloso de su clínica y el paciente no está para opinar, a si que el sigue con el trabajo sobre el molar del hombre y yo aprovecho para sacar unas fotos.



Antes de irme me muestra en detalle el trabajo que está haciendo y se despide dándome un tarjeta comercial por si algún día necesito sus servicios. Uff! Solo pienso que en las condiciones de higiene que hay ahí espero que eso no llegue a ocurrir.