En Colombia entera, y aún más en Medellín, pronunciar su nombre es
casi un tabú. Aun hay dolor, aun hay heridas sin cicatrizar.
Unos, los más, no comprenden la curiosidad, admiración y respeto que en otras partes del mundo se ha generado por el personaje histórico; otros hablan de Pablo Escobar como el mismo demonio que tomó cuerpo en el hijo de una humilde maestra, otros... muchos más de lo que se cree lo recuerdan como un benefactor, el que les hizo las casas donde viven, el que pagó la cuenta del hospital de su hijo... El Patrón... Ayudó mucho a los más pobres, a los desheredados olvidados por todos, construyó para ellos barios enteros, cosa que ningún gobierno hasta entonces había hecho.
Me pregunto. ¿Acaso con alguien como el puede haber amistad sincera?.
Son muchos muertos, demasiados; muchas desgracias, y miedo... mucho
miedo, miedo que se puede sentir, respirar e incluso cortar. El miedo es tan real que se puede medir y pesar con una balanza y
contrapesarlo usando plomo o plata... Según sea vuestra elección, su merced...
Si, amigos... vecinos...
patrones todos... hoy visitamos la tumba del patrón de patrones, el único y genuino Don Pablo Escobar. Y escogemos según los criterios de cada cual: el monstruo o el
héroe; el malvado o el benefactor... D. Pablo Emilio Escobar Gaviria. Todo lo que queda de el está debajo
de una sencilla tumba de tierra cubierta de una graba sencilla, con una
sencilla lápida...
Un viejo se nos acerca, es un hombre humilde, es el que cuida la tumba con delicadeza y mimo, la visita todos los días del año. Y comienza a hablarnos... poco a poco, con una cadencia elegante, con suavidad infinita,
despacito, con esa educación exquisita aprendida en casa desde muy niño;
oigo sus palabras atento, creo que no he pestañeado ni una sola vez...
Le pregunto. -¿Visitan muchos la tumba?
Contesta. -Ahora solo vengo yo. Al principio no venia casi nadie, de continuo solo venía yo, la policía tenía muy vigilado esto día y noche y no venia nadie; el único con un servidor que nunca ha faltado siempre que le fue posible ha sido Popeye el sicario preferido, el de confianza de D. Pablo, el si venía a menudo, casi todas la semanas un par de veces, y traía también flores; sin embargo ahora está de nuevo en la cárcel por amenazar a un político con ponerlo en su lista de ajusticiados.
Es un cementerio sencillo, bonito... Le preguntamos, y amable como todos los colombianos
nos comenta que sirvió en su día para el patrón, D. Pablo fue muy bueno con
el y los suyos. En sus palabras hay respeto, veneración y admiración profunda...
No le pregunto su nombre porque creo que merece seguir en el anonimato.
Le digo. -¿Es seguro que está ahí enterrado?
Me contesta que si. -Ahí están sus huesos, solo le han sacado una vez para conseguir muestras de ADN de los dientes, creo que para los gringos, luego lo dejaron de nuevo en paz-.
También nos narra la vida de los socios y de los familiares del patrón ya muertos, y son muchos. ocupan todo un pequeño cementerio y los conoce a todos, se acuerda también de la Viuda Negra (nos la muestra en la foto de abajo) que se divorció tres veces por la vía rápida de meterle una bala en la cabeza al marido del que ya se hubiera cansado.
Le pregunto entonces. -¿Porqué los mató realmente?.
-Porque va a ser... por dinero, le gustaba mucho el dinero y si tenia desavenencias por dinero con cualquiera lo hacia matar por sus sicarios, como así hizo con tres maridos. Contestó sonriendo.
Continúa la narración con cierto orgullo y la picardía de aquel testigo que ha estado presente, que ha visto todo lo sucedido... No se sorprende al ver como arqueamos la cejas y abrimos los ojos al oír sus historias. Prosigue y deja posar sobre nuestros oídos cada palabra con la delicadeza con que las mariposas se posan sobre las flores. Apreciamos siempre mucho respeto, nos cuenta la vida y milagros de lo que por esos
tiempos ocurrió allí, en Medellín y como surgió el famoso cartel que tomó el nombre de la ciudad. Sabe mucho, y lo demuestra, y quiere contarlo, no siente ningún pudor ni vergüenza, solo transmite mucho respeto y admiración por Don Pablo, El Patrón.
En mi larga vida, ya de viejo, a muchos hijos no les he oído hablar tan bien de sus padres y con tanto amor y respeto como este viejo habla de D. Pablo Escobar.
Le digo. -¿No se imaginaba entonces el patrón que usted iba a ser tan fiel?- El esboza una sonrisa enigmática; creo que para el, Pablo Escobar aún vive, como he visto en alguna pintada en un parque de niños en la capital Bogotá.
Me doy cuenta que nuestra imagen de ese
narcotraficante terrorista que abría las noticias en las TV de medio
mundo es como casi siempre, incompleta, plagada de inexactitudes y
errores, unos por demás otros por de menos...
-Tumba de la viuda Negra.-
Al final me despido de el, le doy la mano, el me mira a los ojos y me sonríe... Ya tengo mis dudas... Quizás Pablo Escobar aun vive.
Puede que "El Coronel no tiene quien le escriba", sin embargo, Don Pablo tiene quien le acompaña cada día, le trae flores y le recuerda con cariño; tiene quien le cuida y limpia su última morada.
Blues por el patrón de patrones
Pablo Escobar "tocó el pelo del poder", en sus mejores tiempos muchos hombres importantes comían migas de sus manos como pajaritos y piaban la canción que mandaba el patrón; sobornaba a muchos jueces, a políticos y a toda la policía. Construía casas y barrios enteros para los pobres. Cuidaba siempre de los suyos y sus familiares, y a otros más también. Sin duda alguna estuvo muy cerca del verdadero poder, se acercó demasiado, quiso ser senador, quiso entrar en el coto privado exclusivo de la "rancia aristocracia" colombiana que tiene sumido al país desde hace 200 años en una miseria humana y económica. Puso una bomba en un avión para eliminar a su mayor enemigo, al final no subió al avión y en el solo murieron ciudadanos normales. Pablo Escobar estuvo en España en 1982, se comenta que la noche del triunfo socialista estaba celebrando en el hotel como el invitado personal del entonces futuro presidente Felipe González (por ahí circulan fotos y muchas historias que vinculan a los dos); algunos prebostes del PSOE se acercaban a pedirle cocaína, el se extrañaba como podía ser que esas gentes educadas consumieran esa porquería, el solo la vendía, era un negocio para el, de hecho si alguno de los suyos comenzaba a consumir la cocaína el mismo lo mataba. Se comentan muchas historias y anécdotas sorprendentes. Pablo Escobar fue duro y valiente como tantos otros que surgen en países como Colombia, tocó la tecla correcta y se hizo inmensamente rico, pensó que todo se podía conseguir con dinero, no comprendió bien los entresijos del poder. En realidad el no fue muy inteligente, como Ícaro se acercó tanto al sol que se confundió y se quemó, en su vida sobraron sicarios y faltaron contables y buenos gestores, esto último me lo dijo uno de los mejores contadores de Colombia. Ha pasado a la historia como uno de los mayores narcotraficantes de todos los tiempos pero no es cierto, la cocaína era la droga que consumía los ricos y sus hijos, la droga de los poderosos de EEUU y de Wall Street, eso ya de por si es convertirse en el blanco y enemigo de los peores actores del mundo y eso se paga.
Epilogo
Ni Colombia fue un narcoestado, ni Pablo Escobar fue un gran traficante. Sin duda alguna la mayor narcotraficante de la historia ha sido la Reina Victoria de Inglaterra, y el mayor narcoestado la Gran Bretaña. Los británicos hicieron dos guerras contra China, entonces un gigante con pies de barro. Con su superioridad militar derrotaron a los Chinos sin paliativos y los obligaron a comprar opio sin limites ni restricciones llevando muerte y dolor a todo un pueblo. El tratado de Nankim ha sido quizás el más ominoso y sucio de toda la historia de la humanidad. La avaricia y la miseria humana con la que británicos llevaron la muerte a millones de personas para enriquecerse no tiene comparación. Gran Bretaña con las Guerras del Opio inauguró la política de las cañoneras, un tipo de política cruel y que tantos inocentes mató solo para enriquecerse con una codicia infinita.
