Viajar es irse, fugarse, moverse siempre hacia adelante y de vez en cuando regresar para de nuevo volver a partir

miércoles, 22 de mayo de 2013

Arrozales en el Punjab


Esa mañana, el sol parecía que no que quería salir, pero poco a poco, muy despacito, como si no fuera con el la cosa fue haciéndose notar. Sus rayos comenzaron a rompen la densa niebla y como por arte mágico convirtieron todo lo que iluminaban en oro.  Puede ver ese milagro de la luz, según se movía danzando la niebla los árboles comienzan a surgir de la nada y cobran vida; en justo el momento en que los rayos victoriosos del sol atravesaron el denso manto de niebla que aún cubría por partes los arrozales desplazando a esta e iluminando el agua y arrozales que tan solo unos segundos antes mantenían todo entre herméticas sombras ocultas bajo el imperio azul del frío y las oscuras tinieblas.

Conduzco en silencio absoluto, disfruto toda la hermosura que ven mis ojos, de esos preciosos momentos en que los tonos cálidos desplazan el azul y al negro de la noche... cuando los amarillos de la luz, los sutiles naranjas, esos rojos intensos...¡Si! ¡Todos juntos formaban los dorados reflejos de un sagrado fuego que todo lo cubre de llamas que se reflejan en el espejo que son en esos momentos los arrozales; contengo la respiración y me digo para mis adentros:
¡Oh Dios! ¡Cuan  bello! ¡Que mágico momento!  Mientras, me emociono y me estremezco. ¡Si pudiera parar el tiempo!

 Entonces me pregunto si acaso todo eso que veo es tan solo un mundo virtual dentro de mi cerebro. ¿Tanta belleza puede ser solo una interpretación subjetiva de mis neuronas, de mi mente a las señales que recibe a través del nervio óptico? ¿Cuanto pone mi imaginación en ello? ¿Cuando lo recuerde será todo tan bello o como si fuere un Replicante Nexus... Todo se perderá en el tiempo como lágrimas en la lluvia?  En todo caso me acuerdo de Calderón y todo me parece un sueño. Un sueño del que no quisiera despertar nunca.  Entonces recuerdo que llevo una cámara, detengo el coche a un lado del camino e intento atrapar el momento, coger la luz y dejarla dentro... pero no es tarea fácil. 


 No es lo mismo, ya lo sé, pero quizás esta foto de la parte superior pueda ayudarles a hacerse una idea de como esa mañana los rayos de luz venciendo a la noche y cuan rey Midas todo lo cubrieron de oro en las fértiles tierras del Punjab que encontramos cuando dejamos atrás Multán camino de Bahawalpur.