El viajero aprende con el tiempo y la experiencias, a veces las lecciones nos vienen del cielo. Pensaba que hay lugares que son poco interesantes y que de hecho había relegado en la lista de prioridades para visitar y conocer... entre ellos: todos los focos de turismos de playa y sol; por ejemplo: el Caribe y La República Dominicana. Sin embargo el destino algunas veces nos depara sorpresas y nos muestra que el hombre hace planes pero que son los dioses dueños del tiempo los que disponen lo ha que ha de ocurrir. Esta es la historia de como el destino quiso que acabara en una playa turística -Punta Cana- y de como un viaje que presumía aburrido se convirtió en una gran experiencia y un gran viaje.

Mi hijo pequeño, mi querido hijo del alma había tenido un grave accidente de moto, rota la cadera en siete pedazos, las piernas y el alma hecha jirones llevaba tiempo postrado en la cama y en la silla de ruedas que uno empujaba con toda la tristeza del mundo, con todo el dolor e impotencia que solo un padre puede sentir cuando ve el sufrimiento de su propia carne.



Al principio así fue, solo podía estar en el agua o sentado en la hamaca, pero sacó fuerzas y luchó como un titan; avanzamos tanto que ante mi sorpresa enseguida comenzó a caminar con las muletas, no sin enormes dificultades, pero solo era el comienzo
.


Y poco apoco, paso a paso...

bajo las palmeras que no protegían del sol del Caribe, bebimos ron e iniciamos un gran viaje

del que guardo en mi corazón los mejores recuerdos...

Entonces aprendí una gran lección, que no hay lugar en el mundo en el que viajero no pueda encontrar su verdadero camino y la paz, que no hay lugar en el mundo más importante e interesante que aquel en el que uno se quita el sombrero y lo deja descansar junto a las personas que más quiere.
.
3 comentarios:
Sinceramente nos ha encantado tu relato!
Me gustan tus relatos y tus fotos.
Gracias a ambos
Publicar un comentario